DANA Y OTROS ASUNTOS

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Dana es nombre de mujer, mas no te has de quedar con el primer surco de la besana. Cuestión mucho más grave que el paradigma del nombre son las siglas. D.A.N.A. con puntos intercalados todavía suena más a tragedia: Depresión Aislada en Niveles Altos. Contundente. Terrible. Real. De esa forma lo han evidenciado cual testigos silentes, las numerosas montoneras de cañas, barro y carrizales, arrastrados por los ríos y acequias con la violencia propia de las feroces riadas. Sí, ésas riadas, que tan bien conocemos los lugareños de pro; quedando las montañas erizadas, atrancadas en el barro y formando una barrera de desolación. Año tras año, se repite como un ciclo de cosecha frutal. Antaño, era suceso común; mas también eran otros tiempos y éramos un pelín más jóvenes. Suponía por entonces todo un lujo, poder tener la oportunidad de escaquearnos de las tediosas clases; sin ser conscientes del todo, del alcance de la tragedia. Acaso hubiera bastado con una sola mirada, sobre los rostros de sufrimiento de los damnificados.

Ahora todo es distinto y supone otra historia. A menudo me pregunto si no estaremos haciendo algo mal. O mejor dicho: ¿No seremos capaces de hallar una solución, más pronto que tarde, para evitar que estos desastres se repitan tanto?

Advertí hace ya mucho tiempo, a fuerza de cumplir años, que a muchos de nuestros jóvenes les sonará a mundo de ficción sentarse alrededor de una mesa camilla sin una pantalla de ordenador o de tableta o de móvil, pegada a la cara. Antaño jugábamos, inventábamos palabras y adivinábamos acertijos. Un profesor mío, valenciano ilustre y apellidado Briz, decía a menudo que todo tiene su función y que de todo se aprende. No obstante, él lo dice de otra forma más culta y acorde con la sapiencia que ostenta y le corresponde: «…abrir una senda en el frondoso bosque del discurso oral…». Y al cabo, resultó ser cierto todo lo que recomendaba. Véase a Jordi Sierra, por ejemplo. ¡Bienvenido sea el palabro si finalmente se acaba consiguiendo el objetivo perseguido! Subsanando obstáculos cuales antaño, asemejaban insalvables. No te quedes con la imagen de Batman ni del Hombre Araña. Nuestros bizarros labradores, son mucho más bravos que todos esos héroes de ficción.

Con la tarde feneciendo, siempre me enfurruño en exceso al ver las noticias. Debo aprender a relajarme. Sé de buena tinta, que J.J. Millás hace sofritos. Yo plancho y hago calceta. Anoche tuve un sueño: Una momia no cesaba de correr tras de mí; con el pecho engalanado de medallas y luciendo un bigotito fino bajo la napia. Desperté en un mar de sudor diaforético. ¡Uf! menos mal, que sólo era un mal sueño…