top of page

LA VIDA EN EL AÑO 1958

​

El 1 de enero, Carmen Sevilla, Miguel Gila y el cantante Elder Barber, se desplazan hasta Ifni para dar la bienvenida al año nuevo junto a las tropas españolas destinadas en la plaza Africana. El 6 de enero, la escritora Carmen Martín Gaite gana el Premio Nadal con su novela “Entre visillos”. El 24 de abril se aprueba la Ley de Convenios Colectivos. El 6 de septiembre abre sus puertas al público en La Coruña, el primer Supermercado.
En noviembre, salen al mercado: 
-el “Chupa-Chups”, 
-el bolígrafo BIC, el M-5, que desplaza a las plumillas de tinta.
-La fregona, invento con patente española que es presentada en la Feria de Zaragoza.
-La fotocopiadora, de Chester Carlson.
-El cigarrillo con filtro que comercializa Tabacalera.
-Las historietas de “Mortadelo y Filemón” (Agencia de información) de Francisco Ibañez.
En  deportes, Alfredo di Stéfano recoge el premio al mejor futbolista de Europa que le concede “France Football”  y Brasil gana el Campeonato Mundial de Fútbol en el que se forja la leyenda de Pelé, el jugador más joven que gana una Copa del Mundo.
En el mundo del espectáculo, la cantante Concha Piquer se retira de los escenarios, y  en Madrid se estrenan las siguientes películas:
-“El tigre de Chamberí” con José Luis Ozores y Tony Leblanc,  en el cine Gran Vía.
-“La Violetera”, con Sara Montiel.
-“Las chicas de la Cruz Roja” con Conchita Velasco, Mabel Carr y Katia Loritz, en el cine Pompeya.

Los personajes de la época:

Cristóbal Balenciaga: de condición humilde, hijo de un pescador y una costurera, nace en Getaría (Guipúzcoa) en 1895. Desde pequeño, soñaba con ser modisto y dedicaba el tiempo que los demás chicos de su edad empleaban a jugar, a copiar los diseños de los grandes maestros de la costura de la época. Es el primer español cuyos diseños causan la admiración de los maestros de la meca de la moda en Paris. Su carrera profesional comienza en 1912, con tan solo 17 años durante un viaje a la capital francesa  financiado por la Marquesa de Casa Torres. Ella se convirtió en su mecenas desde que conmovida por la ilusión que demostraba el muchacho, le envió un trozo de tela para que le copiara un vestido. Desde entonces, nunca le retirará su confianza. 
En 1916 abre su primer taller en San Sebastián desde donde comienza a dar prestigio a su firma. En 1918, funda en dicha ciudad la primera casa de alta costura, a la que seguirán dos sucursales en Madrid y Barcelona. El estallido de la Guerra Civil le devuelve a Paris en donde instala en 1937, su casa de moda en la avda. George V. El exilio no supondrá una renuncia a sus orígenes, sino todo lo contrario. Hará de los detalles de inspiración española seña de identidad de buena parte de sus modelos más famosos.  Clasicista hasta el extremo (considerado “maestro de maestros” por diseñadores de la talle de Christian Dior y Givenchy) sus hallazgos marcarán tendencia. La moda “saco” presentada en 1956, será uno de ellos.
Es un pionero en la creación de perfumes: en 1946 presenta “Le dix”, la primera de una larga series de fragancias de gran éxito. En 1960 diseña el vestido de boda de la futura reina Fabiola de Bélgica. No querrá adaptarse a la revolución que supone la asunción del “prêt-à-porter” (listo para ponérselo) por la mayoría de grandes casas de moda.  Sus prendas mantienen los desorbitados precios de la alta costura. Por ello, en la primavera de 1968 presenta su última colección y decide retirarse. 
Balenciaga sostiene que un modisto debe de ser: “un arquitecto para los patrones”, “un escultor para la forma”, “un pintor para el color”, “un músico para la armonía” y “un filósofo para la medida”. Solo el exclusivo mundo de la alta costura le permitía mantener semejantes estandartes de calidad.  Reservado respecto a los medios de comunicación y a todo aquello que le impidiera realizar concienzudamente su trabajo, hace su última aparición pública  en el entierro de Coco Chanel en 1972. Poco después, el 24 de marzo del mismo año, morirá en Jávea (Alicante), recién terminado su último encargo: el vestido de novia de Carmen Martínes –Bordíu para su boda con Alfonso de Borbón. España pierde un gran Maestro del mundo de la confección. 
Ignacio Fernández Sánchez: más conocido como Tony Leblanc nace en Madrid el 7 de mayo de 1922 rodeado de tapices y de cuadros del Museo del Prado, del cual su padre era el conserje. Coincidiendo con ese día, el toro “Pocapena” de la ganadería Veragua, acaba con la vida del torero Manuel Granero.  A sus 6 años, ya representa obras de teatro para los niños del barrio de Usera donde veraneaba su familia, y a los 10 empieza a estudiar claqué, especialidad de la que llegaría a ser campeón de España. 
En su adolescencia se inicia en el teatro de aficionados mientras trabaja como botones en el Prado y como ciclista de la empresa de aguas del Lozoya. Durante la Guerra Civil, se gana la vida como figurante de Rámper y Pastora Imperio y a partir de 1939, además, como joyero, representante de anís, vendedor de corbatas, ayudante de escultor, incluso como boxeador y futbolista del Carabanchel CF. Su carrera empieza a encarrilarse cuando en 1942 Celia Gámez lo contrata para su compañía. Dos años después, debuta en el cine como actor de segunda o tercera en “Eugenia de Montijo” y en 1945 en “Los últimos de Filipinas”. Sin apartarse del teatro en donde va ganando fama en las compañías de Ana Mariscal, Manuel Paso y Luis Escobar, empieza a interpretar papeles segundarios para la gran pantalla, pero no será hasta los años 50 que destaca como galán cómico en “La danza del corazón” (1951), y “Segundo López, aventurero urbano” (1952). 
A partir de 1955, Tony Leblanc se hace imprescindible en cualquier título que aspire a hacer taquilla. Así, ya sea solo o junto a Luis Ozores y Manolo Gómez Bur, podemos verle en “Historias de la radio” (1955), “Manolo, guardia urbano” (1956), “El tigre de Chamberí” (1957), o “Las chicas de la Cruz Roja” (1958), donde coincide por primera vez con Conchita Velasco, con quien tanto trabajaría posteriormente. Otros de sus éxitos fueron “El día de los enamorados” (1959),  “Los tramposos” (1959), “Sabían demasiado” (1962), “Historias de la televisión” (1965), “El astronauta” (1970) o “El hombre que se quiso matar” (1970). 
Aunque retirado voluntariamente desde 1975, un grave accidente de tráfico le deja impedido y queda apartado de su profesión. Muchos de sus compañeros le dan por muerto. Solo un Goya honorífico en 1994, reivindica su nombre, hasta que, en 1998, Santiago Segura le invita a participar en su debut “Torrente, el brazo tonto de la ley”. Su interpretación le hace merecedor de un Goya al mejor actor de reparto y lo devuelve a su profesión participando en la seria de TVE “Cuéntame cómo pasó”. 
Gracias por su atención.

bottom of page