top of page

JÓKER O EL CULTO AL VILLANO​

​

​

Uno de los grandes éxitos de taquilla del 2019 ha sido la película “Joker”, protagonizada por Joaquin Phoenix, que en España lleva, en el momento de escribir estas líneas, 6 semanas en el número 1 de taquilla, y en el mundo orbita los mil millones de recaudación. La película fue precedida de una inmensa polémica (afirmándose incluso que podría inspirar atentados reales), hasta el punto de que Warner tuvo que emitir un comunicado indicando que la película no justificaba ni apoyaba las acciones del personaje. 
La cinta está narrada desde la perspectiva del villano como ser humano solitario, triste, atormentado, maltratado y despreciado. Relata su descenso a la locura mientras la sociedad parece que lo empuja a ello, sin minimizar la violencia de sus crímenes. 
Pero esta narrativa, no es novedosa. Ya en los años 20, Lon Chaney Sr. (llamado “El hombre de las mil caras”) consiguió saltar a la fama por interpretar personajes atormentados y oscuros, haciendo que el público sintiera lástima y empatía por ellos. A su vez, en los años 30, Bela Lugosi (Drácula) logró el más difícil todavía, construir una carrera en torno a villanos malvados sin paliativos, donde la clave de su complicidad con el público era su carisma, un estilo continuado por muchos otros como Jack Nicholson o Vincent Price. 
Incluso los americanos han acuñado un término para este arquetipo (“Magnificent Bastard”) y es aplicable a algunos de los villanos más importantes de la cultura popular (el propio Drácula, Darth Vader, Freddy Krueger, Hannibal Lecter, Catherine Tramell, Hans Landa, Alex De Large y un largo etc, que incluye al Joker). 
Hitchcock siempre decía que la clave de una película es su villano, y su Norman Bates (Anthony Perkins) de “Psicosis” (del que Phoenix toma bastantes rasgos) es buena prueba de ello. Un villano bien llevado puede ser muy complejo e interesante.
No todos los villanos son estrellas, pero siempre, por cada Indiana Jones o Iron Man tendremos un Drácula o un Joker, y siempre funcionarán bien en una sociedad donde las cosas no son blancas ni negras, sino grises, pero también de creciente cinismo. Para bien o para mal.

bottom of page